Plaza Barrancas de Belgrano
Barrancas de Belgrano: alude a las barrancas visibles en la conformación de
esta plaza ubicada en el barrio de Belgrano. Las barrancas son un accidente
geográfico propio de la topografía madura de una red fluvial en que la erosión
del agua ha hecho que los terrenos se inclinen hacia las corrientes, en este
caso las del Río de la Plata. Similares barrancas se observan en plaza San
Martín, en la zona céntrica y en parque Lezama.
La parquización de las barrancas fue diseñada por el arquitecto paisajista francés Carlos Thays en 1892, quien también parquizó el Parque Tres de Febrero y las principales plazas de la ciudad en esa época.
Las Barrancas de Belgrano son los bordes de la antigua terraza fluvial que hasta principios del siglo XIX delimitaba los bañados del Río de la Plata cuando se hallaba en crecida, y ocupan lo que fue la quinta de Valentín Alsina. La construcción de la casa-quinta de Alsina en Belgrano es contemporánea de la fundación del pueblo, en 1856. Ubicada sobre las barrancas, perdura como uno de los pocos testimonios de arquitectura italianizante del período 1850 / 1880, pese a posteriores intervenciones, se encuentra ubicada en la calle 11 de septiembre de 1888.
En 1862 se tendieron las vías del Ferrocarril del Norte (hoy Ferrocarril Bartolomé Mitre) sobre la traza del antiguo "Camino del Bajo" (desde la calle La Pampa) y se inauguró la estación Belgrano (hoy Belgrano C). El terraplén ferroviario comenzó entonces a obrar como contención de las aguas.
Parte del Camino del Bajo coincidía con la traza del "Camino de las Cañitas", por el que actualmente corre la Avenida Luis María Campos: el tramo del Camino del Bajo entre la Av. Santa Fe y la calle José Hernández era también conocido como el "Camino de las Cañitas".
En 1871 los vecinos del pueblo de Belgrano compraron las manzanas que antes habían sido el parque de la quinta de Alsina a la Municipalidad, para convertirlos en paseo público. En 1892 se realizó la parquización a cargo de Thays, que se mantiene con algunas modificaciones en la actualidad.
En la parte baja, más allá de las vías ferroviarias y al este de las Barrancas, se fue constituyendo el barrio Bajo Belgrano (también a fines del siglo XIX), en terrenos ganados al río mediante relleno. En 2015 se llevó a cabo una remodelación, lo que permitirá más espacios verdes, nuevos árboles y senderos. Se reconstruyeron veredas, solados, senderos y se reparquizó la plaza.
Las Barrancas conforman un tradicional, antiguo y bello paseo del barrio, compuesto por tres manzanas delimitadas por las calles La Pampa, Antonio José de Sucre, Echeverría y la Avenida Juramento de sur a norte, y por la calle 11 de Septiembre que empalma con la calle Zavalía y la avenida Virrey Vértiz, yendo de oeste a este. Poseen una rica historia, como la del barrio mismo: contaba con una antiquísima capilla franciscana del siglo XVIII (de cuando el barrio era un partido perteneciente a la provincia de Buenos Aires) en la esquina de las calles La Pampa y 11 de Septiembre, cerca de donde ahora se encuentra un edificio perteneciente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente una placa conmemorativa demarca el lugar en donde estuvo ubicada la capilla, dicha placa tiene la siguiente inscripción: "A mediados del siglo XVIII; los franciscanos erigieron en este lugar una capilla para la atención religiosa de quienes trabajaban en la calera de las barrancas. En el año 1855 la construcción quedo incorporada al nuevo pueblo de Belgrano. 23 de noviembre de 1993".
Arbolada y de verde césped, la Plaza Barrancas tiene plantadas 67 especies vegetales: ombúes, palmeras, magnolias, paraísos, tilos, robles, madreselvas, ceibos, plátanos, entre otras. Además, cuenta con senderos para el paseo construidos con antiquísimos adoquines del siglo XIX, bancos para el descanso, plaza de juegos para los niños, mesas con tableros para la práctica del ajedrez, dominó y otros juegos y pasatiempos, e inclusive un canil para el esparcimiento de perros. Mucha gente se da cita en ellas para la práctica deportiva, como la gimnasia, el Tai Chi Chuan y el aerobismo entre otros, ya que constituye un muy buen pulmón verde dentro de la ciudad, que a su vez se halla a sólo tres cuadras del Parque Tres de Febrero (o Bosques de Palermo), el mayor pulmón de la ciudad, parte de los cuales se encuentran en el Bajo Belgrano.
Entre las esculturas se halla una réplica en escala exactamente reducida de la Estatua de la Libertad que fue realizada por el mismo autor de la que se encuentra en Nueva York, el francés Frédéric Auguste Bartholdi. También cuenta con la glorieta Antonio Malvagni (que fue director de la banda municipal de Belgrano) en donde los vecinos se reúnen para bailar el tango y otros estilos musicales, y eventualmente, recitales de distintos conjuntos musicales.
Otras esculturas que podemos encontrar:
-Fuente donada por el empresario naviero Nicolás Mihanovich , obra del escultor italiano José Arduino.
-Homenaje al Sesquicentenario de la Independencia, obra del escultor argentino Raúl Ibarreta, (1966)
-José de San Martín, obra del escultor argentino Luis Perlotti, (1965)
-Manuel Belgrano, obra del escultor Luis Furitana, (1889)
-Mariscal Antonio José Sucre, donación que realizo el gobierno de Venezuela a la Argentina; obra del escultor italiano Carmelo Tabacco, inaugurada en 1986)
-Estatua de Vasil Levski (1837-1873), apóstol de la libertad Bulgara.
-La dama del cántaro, obra del escultor francés Louis Sauvageau, (1862)
En las Barrancas de Belgrano ocurre una famosa escena en el comic de ciencia ficción El Eternauta, escrito por Héctor Oesterheld en 1958 y transformado en un clásico de la historieta en Argentina. El protagonista de la obra, Juan Salvo, tiene un encuentro con uno de los invasores extraterrestres conocidos como manos, que ha montado en el pabellón de la orquesta un tablero de control desde el cual envía órdenes a las tropas.
Ubicado entre Juramento, Virrey Vertiz, La Pampa, 11 de septiembre de 1888 y Zavalía
(Belgrano)